En un pueblo vivía un matrimonio que tenia tres hijos llamados Andrés, Jorge y Carlos.
Andrés y Carlos eran dos niños simpáticos y de excelente conducta. Jorge, por el contrario, se mostraba siempre egoista y descuidado. Cogía los juguetes a sus hermanos y muchas veces los rompía o los perdía. Carlos y Andrés lo sentían mucho, pero no se enfadaban con el.
Jorge no dejaba nunca los juguetes a sus hermanos y se encolerizaba cuando ellos le cogían alguno.
El Padre de los niños, que había observado el comportamiento de su hijo, se propuso hacerlo cambiar.
En Navidad compro tres bicicletas iguales y, dando una cada niño, les dijo:
-Santa Claus les traerá un regalo con una condición.
-¿Cual, Papa?- preguntaron los muchachos.
-La condición es que cada uno tiene que usar solo la suya.
¡muy bien! – grito Jorge.
Al poco tiempo, Jorge que era tan abandonado, estropeo su bicicleta. Sus hermanos, en cambio, tenían las suyas casi nuevas. Cuando veía a sus hermanos jugar con las bicicletas, el sentía deseos de pedírselas prestadas. Pero no se atrevía, al recordar la condición impuesta por su padre.
Hasta que un día, el papa llamo a sus tres hijos les pregunto:
Papa, papa, mi bicicleta esta nueva- exclamaron a la vez Andrés y Carlos.
-¿ Y que dices tu, Jorge?- interrogo el padre.
-Mi bicicleta se rompió hace tiempo- contesto el niño avergonzado.
-Eso demuestra que eres tu el que estropea los juguetes.
-Así es, papa.
-Me agrada que lo reconozcas. hijo mio.
Y ¡por que no tratas de ser tan cuidadoso como tus hermanos?
Jorge, que había comprendido, se arrepintió y prometió a su padre que desde aquel día iba a ser un niño distinto.Y así fue. Cuido sus juguetes y nunca mas se mostró egoísta con sus hermanos.
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