La capital del Estado está creciendo cada día, vemos constantemente la construcción de desarrollos inmobiliarios en los distintos sectores de la ciudad, eso significa que la población también está aumentando. A ello le sumamos la población flotante que todos los días entran y salen de la ciudad. Este crecimiento implica también el aumento del parque vehicular. Esta situación se da en menor medida en el interior del Estado, particularmente en las ciudades. Según datos de la Secretaría de Seguridad Pública, en nuestro Estado son 542,813 automóviles que transitan las calles de los 106 municipios, así como las carreteras estatales y federales.
Hoy día se habla de movilidad urbana, que tiene que ver con el impacto del desarrollo urbano, así como de la transportación o desplazamiento de las personas en tiempo y espacio, tema que tiene mucho que ver con el cuidado del medio ambiente, así como las condicionantes sociales de la movilidad.
El impacto que ocasiona el uso indiscriminado de los vehículos se refleja en el medio ambiente, aunque en Yucatán los índices de contaminación no son tan elevados como en otros lugares -verbigracia el D.F., en el que se tienen que tomar medidas de contingencia-, aún estamos a tiempo de cuidar el aire puro que todavía tenemos el privilegio de disfrutar. Los modos de transporte desde luego que tienen que ver con el medio ambiente. Existe una forma de moverse muy poco explorada en el Estado y es: el uso de la bicicleta.
Desde hace 12 años conozco a Antonio; aparte de enorme sentido de responsabilidad y cuidado de la naturaleza y el medio ambiente, hay algo muy peculiar en él que muy pocos yucatecos hacemos, todos los días se traslada en bicicleta al trabajo que le ha correspondido hacer. Ése es un ejemplo de cómo podemos contribuir para cuidar la salud y no contaminar. Extranjeros que viven en nuestro Estado tienen otra cultura respecto al uso de la bicicleta, pues para ellos es un verdadera herramienta de movilidad.
Sin embargo, los ciclistas se enfrentan a muchos obstáculos; el principal, la falta de respeto de los conductores de automóviles, quienes los consideran un estorbo en las vías de comunicación. ¡Vaya!, incluso los perros intentan agredirlos.
El asesor internacional y consejero sobre Seguridad Vial de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Roy Rojas Vargas, reveló que a consecuencia de la deficiente cultura de vialidad entre los conductores de vehículos automotores y los ciclistas se registra un aumento anual en el número de accidentes.
Esto provoca trágicos saldos que van de personas con serias lesiones hasta defunciones en el lugar de los hechos o en el nosocomio.
De modo tal que, independientemente de estos obstáculos, la tendencia de otros lugares es promover el uso sustentable de la bicicleta para contribuir con el cuidado del medio ambiente. Para ello es necesario que se regule su uso.
Aun cuando tenemos la Ley de Tránsito y Vialidad y su Reglamento, es necesario tener una norma local que garantice a los ciclistas su protección, pues el mismo Consejo Estatal de Prevención de Accidentes de Yucatán (Coepray) reconoce que hay calles, principalmente avenidas en las que es sumamente difícil transitar en bicicleta, dada la afluencia vehicular.
Por lo que es necesario una normatividad que sirva de base para tomar acciones que promuevan el uso de este vehículo no motorizado.
El intenso proceso de urbanización requiere hoy una necesidad de cuidar la ciudad para que ésta ofrezca una buena calidad de vida, la cual incluye condiciones adecuadas de movilidad, pero sobre todo que sea amigable con el medio ambiente.- Mérida, Yucatán.

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