12 de noviembre de 2012

BICIMOTOS YUCATAN: LOS GATOS SON MAS UTILES DE LO QUE PARECE COMBATIENDO PLAGAS


Aquí les dejo una noticia bastante interesante, se trata de un estudio donde revela que el 30% de los gatos les encanta asesinar y lo hacen sin ningún remordimiento.

Según un estudio de la National Geographic y la Universidad de Georgia el 30% de los gatos son asesinos, estos investigadores conectaron cámaras en los cuellos de los felinos para seguir sus pasos y comprobar la crueldad de algunos de estos mininos.
Los científicos comprobaron que un 30% de los gatos estadounidenses mataba a lo menos 2 presas por semana, ya sea para comérselas o por simple diversión. Un 41% de las víctimas fueron lagartos, serpientes y ranas, un 25% ratones y por la dificultad solo un 12% de aves.

Uno de cada tres gatos es un asesino insaciable, un número bastante grande si se piensa que en Estados Unidos, hay 74 millones de gatos. En todo caso este estudio se puede aplicar a los gatos de todo el mundo.

La utilidad del gato, exaltada al máximo por los egipcios, fue ampliamente reconocida por los romanos que apreciaban mucho el espíritu de independencia del felino, hasta el punto que la diosa Libertas era representada junto a un gato, símbolo de absoluta libertad, hasta el punto de que en el siglo I d. C. se dictaron en Roma severas leyes para su proteccción.

También hubo disposiciones jurídicas que reconocían la importancia de los gatos en las Islas Británicas, donde, en el siglo X, el príncipe Howel publicó unas normas que fijaban el valor de los gatos y establecían, entre otras cosas, que quien matase a un gato debía indemnizar al propietario del animal con una cantidad de trigo equivalente en altura a la longitud del felino, desde el hocico hasta la punta de la cola. De este modo, se pretendía compensar al propietario del gato por las pérdidas de trigo que, faltando el felino, le ocasionaban los topos.

En la Edad Media, época de oscurantismo para la especie humana, los felinos domésticos fueron víctimas de una despiadada e injusta persecución, originada por la ignorancia y por absurdas superticiones que relacionaban al animal con determinados ritos diabólicos. La posesión de un gato bastaba para acusar a una persona de brujería y la condena podía considerarse segura si el animal era de color negro.

De este modo, durante la Edad Media se torturó y dio muerte bárbaramente a miles de seres humanos y a millones de gatos, en el curso de unas persecuciones que fueron activísimas en toda Europa y entraron a formar parte de los rituales cristianos, como por ejemplo, la costumbre de festejar el Día de Todos los Santos quemando vivos a los gatos en las plazas públicas.

Por otra parte, también hay que decir que la población pagó cara la eliminación de los felinos, porque la proliferación de las ratas, además de producir graves daños a los alimentos, favoreció la difusión de la peste.
Hasta el siglo pasado los europeos no comenzaron a darse cuenta de la utilidad del gato, y desde entonces se lo utiliza cada vez más, sobre todo en los centros urbanos, aunque como animal de companía.

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