14 de noviembre de 2012

BICIMOTOS YUCATAN: Ventajas de ir al trabajo en Bicicleta..!!!


Unos meses después de que entré a trabajar en Morelia, un compañero me dijo: “Ahora que ya tienes un sueldo decente, ¿te vas a comprar un auto?” Ignoro si me había visto llegar en la bicicleta, o si fue por la radio-pasillo que se enteró, pero lo cierto es que estaba seguro que yo usaba la bicicleta como medio de transporte por falta de dinero.

Tomó 2 segundos mi respuesta.  Detuve mi impulso inicial de contestarle que yo no andaba en bici por falta de recursos -“jodida”, es la palabra que hubiera brincado de mi boca-.  Respirando, tranquilamente y con una sonrisa, le contesté que usaba la bicicleta porque era lo mejor para mí.

Y es por esto que en relación a mis trayectos hacia el trabajo, a continuación les expongo las razones que me hacen optar por la bicicleta:
  1. Me gusta porque disfruto el camino, en él reconozco personas, olores y sensaciones
  2. El ejercicio me mantiene saludable físicamente y por ello no necesito pagar para ir al gimnasio, al yoga, etcétera
  3. Andar en bici me permite despejar la mente
  4. La distancia entre mi casa y el trabajo es menor a 4 kilómetros
  5. Para llegar en transporte público tendría que trasbordar
  6. Es difícil encontrar lugar para estacionar un automóvil
  7. El tiempo de traslado en auto es poco por la mañana, pero es demasiado al regresar -caminando se hacen 20 minutos, y en auto 40-
  8. Soy normalmente impaciente y como prácticamente no hay obstáculos para circular con la bicicleta, voy libremente, por el contrario, al usar el auto me irrito, me desespero, me estreso
  9. No hay pendientes pronunciadas ni prolongadas -como lo implicaría si mi lugar de trabajo estuviera en una zona muy elevada-
  10. No contamino
  11. Ahorro en gasolina
  12. En caso de haber paros, manifestaciones y/o tráfico, mi tiempo de traslado no se ve afectado
Pienso que mis razones para trasladarme al trabajo en bici son enteramente personales y me atrevería a decir que incluso egoístas -la mayor parte de ellas se centran en beneficios individuales-, en eso me parezco a muchos de los que eligen el auto para transportarse diariamente: tienen la posibilidad, y basados en las ventajas y desventajas toman la decisión. No los culpo mientras el transporte público siga siendo de mala calidad y los trayectos sean demasiado largos o complicados para hacerlos en bici.

En contraste con el ejemplo que di al inicio de esta columna, comprensiblemente, la mayoría de mis conocidos y amigos piensan que uso la bicicleta porque soy ecologista. Es verdad que mucha de mi ideología y comportamiento se basa en la conservación del planeta -por ejemplo, odio consumir alimentos en envases de unicel porque sé que tardan 800 años en degradarse y mi basura orgánica la aprovecho para hacer composta-. Sí, mis decisiones se parecen al lema: “piensa global y actúa local” y aunque tomo en cuenta el bienestar general -no contaminar, no degradar el mundo que habitamos-, el mayor peso de mis decisiones se centra -sobre todo- en mi propio bienestar. A la vez que celebro usar la bicicleta como medio de transporte porque es lo mejor para mí, me alegro de contribuir con mi granito de arena para la ciudad y el planeta.

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