Para muchos de nosotros son sobradamente conocidos los efectos de las bebidas hipertónica o energéticas con el fin de potenciar o incrementar el efecto de las mismas en nuestro rendimiento deportivo o atlético. La mayoría de estas bebidas contienen grandes cantidades de cafeína, taurina y otras sustancias energizantes con el fin de aumentar la resistencia fíxica, unos reflejos más rápidos, combatir el sueño y estimular el metabolismo.
Toda ellas buscan com objetivo final el incremento de la resistencia física, habilitar reacciones más veloces y favorecer los niveles de consciencia en caso de cansancio o sueño. Todas ellas contiene en diferentes proporciones gran cantidad de azúcares y otros alimentos provehedores de grandes cantidades de energía. Su uso inadecuado puede producir obesidad, en el caso de que su ingesta no esté inmediatamente acompañada de ejercicio físico que queme el gran aporte de energético.
El efecto euforizante es de corta duración, suele estar acompañado de otros efectos no tan deseados, como podría ser: irritabilidad, nerviosismo, insomnio, taquicardía, mayor presión arterial y otos síntomas menoreds relacionados con la sobreestimulación del sistema nervioso central. Si las mismas son mezcladas con bebidas alcohólicas, podemos añadir los siguientes efectos sobre nuestro organismo: potencia el efecto del alcohol sobre el organismo, así como la sintomatología relacionada con el alcoholismo.Energía de mezcla bebidas con alcohol puede ser aún más problemático.
Para la persona promedio que use moderadamente las bebida alcohólicas, no hay el menor problema con el consumo moderado y saludable. Para el usuario promedio que bebe sobre 1/2 litro de bebidas de baja graduación, es bien conocido por los científicos el gran efecto antioxidante sobre el organismo. Una vida saludable con la ingesta modradas de bebidas de baja graduación, dormis unas 8 horas al día, y una dieta saludable basada en la dieta mediterranea, formarán la base de una vida más sana, al igual que un alto rendimiento deportivo.
Si aún así su rendimiento sigue siendo bajo, sería buena idea ponernos en manos de un médico de confianza para descartar cualquier problema: enemia, hipotiroidismo, depresión, otros problemas de analítica, etc. Hay varios grupos de bebidas energéticas son típicamente no recomendados. Si tienes una condición subyacente como la enfermedad del corazón o presión arterial alta, pregúntele a su médico si bebidas energéticas pueden causar complicaciones.
La creciente popularidad de bebidas energéticas, muchos padres han vuelto preocupados cuánto cafeína sus niños están recibiendo. La Academia Americana de Pediatría recomienda que los adolescentes no debería consumir diariamente más de 100 miligramos de cafeína al día. Para los más chicos la recomendación es de eliminar totalmente su ingesta.
Estos son los grupos de personas en los que las bebídas energéticas están desaconsejadas:
Mujeres embarazadas
Madres con lactantes
Menores de edad
Adolescentes
Personas sedentarias
Pacientes de enfermedades mentales (depresión, ansiedad, trastorno bipolar, etc)
Componentes de las bebidas energéticas
Según el fabricante o modalidad de bebida escogico, la composición puede variar. Taurina, Guaraná, Agua carbonatada, Glucuronolactona, Vitaminas grupo B, Cafeína, Aspartamo (para las versiones dietéticas bajas en azúcar), Azúcar (las versiones no dietéticas), L-Carnitina, Vitamina C, Ácido cítrico, Acidulantes, Ginseng, Betacaroteno, Ácido Pantoténico, fosfato monopotásico, D-Ribosa, Colorante, Caramelo, etc.
Cómo usar las bebidas energéticas
Primero que nada se debe tener en cuenta que una bebida energética no es un refresco al uso. Todas tiene una serie de efectos que abogan por un efecto excitante sobre nuestro sistema nervioso que nos prepara para la acción en nuestro sistema nervioso y muscular.
Todas son ricas en azúcares y en sustancias excitantes cuyo fin no es otro que prepararnos para el ejercicio físico. Si lo tuyo no es el ejercicio, entonces es de sentido común usarlas con moderación. Con especialmente recomendable para su consumo antes del ejercicio, siempre que su uso no caiga en extremismos peligrosos. Un sistema nervioso sobre-excitado puede llevarnos al borde de un efecto contraproducente.
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