Solamente tenemos teorías, pero ninguna es comprobable. Algunos mencionan que se originó en el antiguo Egipto, otros dicen que fue mucho antes, en pinturas rupestres, y otros van a fechas un poco más recientes, en la Edad Media.
El hecho es que el símbolo (o algo parecido) tuvo una serie de formas a lo largo de la historia, y representó diversidad de condiciones como la inmortalidad, la valentía, la vitalidad y, por supuesto, el amor. Dale un vistazo a algunas versiones de la figura y su particular significado.
1250 a.C. Jeroglíficos: Para los antiguos egipcios, el órgano, representado por el símbolo ib en su escritura sagrada, era la fuente de todas las emociones. Por su forma parecida a la del corazón, el durazno solía asociarse con la fertilidad y la vida.
Siglo X a.C. Hoja de hiedra: Según algunos estudiosos, las hojas de hiedra (planta perteneciente al género Hedera), símbolo de la inmortalidad y poder para los antiguos griegos, dieron origen al símbolo que conocemos en la actualidad.
Siglo XV, el icono del amor: En el medioevo, el ícono comenzó a aparecer en imágenes religiosas, como el amor de Cristo por la humanidad. También surgió en libros y obras de arte que celebraran el amor y la pasión entre hombres y mujeres.
Siglos XV y XVI, baraja: En la versión inglesa del juego, el naipe de corazones simboliza al clero. Los naipes de tréboles, diamantes y espadas simbolizaban a los campesinos, comerciantes y a la nobleza, respectivamente.
Ahora sí, puedes caer en las garras consumistas de San Valentín con un poco más de conocimiento sobre la fecha.
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