Una historia muy de nuestra ciudad no precisamente la verdadera pero es una historia contada a través de las personas mayores que data de muchos años atrás según cuentan, en ese entonces había un paradero donde se hacia la ultima parada para asistirse de provisiones y alimentos antes de tomar "El Camino Real" a Campeche, llamado así por que se dice que la Emperatriz Carlota pasó por allí en sus carrozas en una visita a Yucatán, (Dicha vía se ha perdido, el tiempo y la maleza se han encargado de borrarla), frente a la Ermita de Santa Isabel, donde se encontraba establecimiento que vendían abarrotes y comida era atendido por un simpático señor que cariñosamente era conocido con el sobrenonbre de don Ucho era apreciado en el vecindario, el vendía entre otras cosas antojitos regionales.
Un día Don Ucho ya se le había agotado todo lo que tenia preparado y ya casi era hora de cerrar porque ya era muy de noche y ya no tenía disponible ningún alimento de su menú, en ese momento llegaron unos arrieros muy hambrientos solicitando algo para comer.
Don Ucho muy afanoso preguntó a su esposa si quedaba algo para preparar, ella contestó que sólo había una olla de frijoles colados y unas tortillas frias.
Don Ucho ingeniosamente decidió servirles unas tortillas a las cuales les introdujo frijol, las metió a freír y les puso cebolla curtida en jugo de naranja y salsa de tomate, a los arrieros hambrientos les gusto tanto que le nombraron pan de Ucho y que cada vez que pasaban a comer allí lo primero que decían dame un pan Ucho" y de esa manera se quedó la frase "dame un panucho" y así fue como la ingeniosa creación de Don Ucho se convirtió en el famoso antojito yucateco El Panucho y así se le fueron añadiendo ingredientes hasta quedar como actualmente lo conocemos.
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