Para Lorena Dromundo la pasión por el ciclismo inició con un regalo de reyes magos, quienes le obsequiaron su primera bicicleta, pero en ese entonces nunca se imaginó que unos años después llegaría a ser la primera y hasta el momento única mexicana que ha obtenido una medalla Panamericana en la categoría de Downhill para este país.
Lorena practicaba equitación en el Ajusco y cada vez que terminaba sus prácticas, pasaba por los circuitos de Downhill y veía a gente montando bicicletas, pero no sabía realmente en qué consistía hasta que un día acudió con su padre para que les explicaran y un mes después volvió con su bicicleta. Tras realizar su primer descenso decidió que esa sería su vocación; ser atleta de Donwhill.
La primera competencia nacional para Lorena llegó a la edad de 12 años y para el 2008 se convirtió en la primera mexicana en obtener el campeonato panamericano de Downhill en la clase Junior Femenil, refrendando este título en el 2009, mientras que en el 2010 obtuvo el segundo lugar en Guatemala, su debut dentro de la clase Élite Femenil.
Ella es la máxima exponente del Downhil Femenil en México y ha demostrado que eso del llamado “sexo débil” no es más que un mito y en un país donde aún prevalece mucho la cultura machista.
Lorena, también conocida como la princesa del Downhill, en 2012 obtuvo el segundo lugar en la “European Downhill Cup” durante la fecha celebrada en España, mientras que en el Campeonato Nacional de Downhill en Portugal consiguió un segundo y un primer lugar.
El nivel de intrepidez de Lorena es inversamente proporcional a su estatura. Es chaparrita, lo que la pone en desventaja en algunos momentos de las competencias contra ciclistas europeas. En contraparte, tiene unos grandes ojos verdes que su enorme casco y gogles no logran opacar.
Una chica superpoderosa: Sus brazos muestran las huellas de la batalla: Raspones producto de las caídas que en este deporte extremo están a la orden del día. Y ella lo sabe muy bien, pues en la Olimpiada Nacional 2010 tuvo una caída peligrosa.
En 2013, sufrió la lesión más fuerte que ha tenido en su carrera profesional, tras un mal aterrizaje en una rampa. Lorena sufrió un fuerte golpe interno resultando el hígado partido en dos partes y un coágulo en la cabeza. Su amor y exigencia al deporte superaron esta fractura en su trayectoria regresando a las pistas tan solo cuatro meses después.
Actualmente se ha convertido en un ícono del ciclismo nacional; siendo una de las pocas mujeres que practica este deporte en México, además de colocarse en los mejores puestos compitiendo contra hombres en la categoría Pro Élite, la princesa del Donwhill. Actualmente compite en algunas paradas de la “UCI Mountain Bike World Cup” representando orgullosamente a México.
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