Ir en bici a trabajar engancha. El segundo día mientras desayunaba ya me apetecía subirme en mi bicicleta y recorrer la ciudad.
Las endorfinas que segrega nuestro cuerpo cuando hacemos algún tipo de ejercic
io te hacen sentir bien y son adictivas.
Desde que voy en bici, las mañanas son menos pesadas. Ese momento de despejarme antes de empezar a trabajar se ha convertido en imprescindible.
El camino al trabajo se convierte en uno de los mejores momentos del día. Un momento para no pensar en nada, relajarme y disfrutar de mi ciudad.
Y además, me gusta saber que estoy contribuyendo a que mi ciudad tenga menos ruidos, menos contaminación y menos accidentes.
Desde que voy en bici, las mañanas son menos pesadas. Ese momento de despejarme antes de empezar a trabajar se ha convertido en imprescindible.
El camino al trabajo se convierte en uno de los mejores momentos del día. Un momento para no pensar en nada, relajarme y disfrutar de mi ciudad.
Y además, me gusta saber que estoy contribuyendo a que mi ciudad tenga menos ruidos, menos contaminación y menos accidentes.

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