La bicicleta es un vehículo eficiente y que no contamina, pero a pesar de eso no se invierte ni un peso del presupuesto público para incentivar este transporte o para proteger a quienes lo usan, señaló ayer Everardo Flores Gómez, del colectivo de los “Cicloturixes”.
Este colectivo, en coordinación con la Red Nacional de Ciclismo Urbano (Bicired), llevó a cabo ayer una carrera modal para evaluar la eficiencia de los diferentes transportes en la ciudad de Mérida, evento que se reprodujo en otras 18 ciudades de país.
Participaron una decena de personas que pusieron a prueba diferentes transportes: la bicicleta, la motocicleta, el automóvil y el transporte público. Un par de personas salieron en bicicleta de Ciudad Caucel rumbo a la Facultad de Derecho de la UADY, otras dos lo hicieron en auto, otra persona en moto y dos más en transporte público.
Flores Gómez, coordinador del evento, destacó que el automóvil, que más bien fue una camioneta último modelo y con GPS, llegó en 28 minutos a su destino; la primera bicicleta llegó 9 minutos después que la camioneta; la motocicleta hizo 38 minutos, un minuto más que la primera bicicleta; la segunda bicicleta hizo también 38 minutos. Un segundo auto hizo 48 minutos y las personas del transporte público hicieron más de una hora; todos los participantes tomaron diferentes rutas.
En las conclusiones se destaca que para trasladarse a destinos en las zonas aledañas al Periférico el automóvil sigue siendo una opción rápida, pero no así cuando se tiene que atravesar la ciudad.
Por el contrario, la bicicleta ofrece grandes ventajas, pues no contamina y ayuda al conductor a hacer ejercicio; además no hace ruido y el trayecto no genera ningún costo. La moto, a pesar de tener fuerte presencia en la entidad, hizo el mismo tiempo que la bicicleta. En el caso del transporte público los resultados fueron una sorpresa, pues quienes usaron este medio tuvieron que tomar dos camiones para llegar a su destino e hicieron una hora con 5 minutos y una hora con 6 minutos.
Nuestro entrevistado expresó que el 20 por ciento de la población de la ciudad se mueve en automóvil y el 70 por ciento de la inversión pública destinada a la movilidad se invierte en calles, avenidas, señalamiento y demás que tiene que ver con los autos.
—Pero vemos que en el caso local no hay un presupuesto destinado al uso de la bicicleta, ya no digamos para ciclopistas, sino para señalética que proteja a los ciclistas o algún tipo de infraestructura. La inversión para bicicletas es cero, insistió.
En este ejercicio participaron Jesús Euán, David Pinto, Verónica Medina, Valentina Cámara, Ingrid Díaz y Camilo Solís.
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