Muchas veces vivimos de prisa y sentimos que el tiempo está contra nosotros, esto ocasiona que realicemos ciertas actividades de manera acelerada. Comer es una de ellas, ingerimos muy rápido nuestros alimentos y a veces sin disfrutarlos.
Según estudios, comer rápido no es bueno para la salud y se relaciona con el desarrollo de obesidad y otras enfermedades como diabetes mellitus, sobre todo porque al comer rápido comemos de más.
Es muy común escuchar entre familiares y conocidos la frase: "Es que no tengo tiempo de comer porque tengo otras cosas que hacer", cosas entre las que normalmente se incluyen llevar a los hijos a la escuela, entrar al trabajo, realizar una tarea, entrar a clases, hacer pagos, etcétera. Comer rápido y sin masticar bien los alimentos no permite que llegue la señal al cerebro de que ya estamos llenos o saciados y que ya no necesitamos comer más, por lo que ahí radica la importancia de dedicarle un receso de nuestras actividades para que cada tiempo de comida sea aprovechado al máximo por nuestro organismo.
A continuación les presentamos algunas recomendaciones sencillas para organizar mejor los tiempos de comida:
Si se trata del desayuno, en la noche anterior o antes de dormir prepara lo que podrías desayunar en familia o para llevar al trabajo, ve que sean cosas fáciles y rápidas como leche con cereal y fruta de tu preferencia. O igual podría ser un rico sándwich con algún agua de fruta.
Para media mañana lleva algún tipo de refrigerio que pueda ser fácil de comer como un yogur; alguna fruta que puedas lavar, empacar y llevar; verduras picadas, etcétera.
Respeta siempre los horarios de tus tres principales comidas: desayuno, almuerzo y cena. Si los retrasas o te los "saltas" lo más probable es que luego tengas mucha hambre y comas rápidamente lo primero que veas.
Evita comer mientras ves televisión o escuchas la radio, ya que esto solamente hace que te distraigas y que no prestes atención a lo que comes y no se envíe la señal de saciedad o de que ya estás satisfecho al cerebro.
Si puedes, cuenta el número de veces que masticas cada bocado; que sean por lo menos 20 veces, esto te ayudará a relajarte y comer un poco más despacio.
Los sencillos consejos que acabamos de presentar aplican para todas las personas, aunque si eres una que está tratando de controlar su peso esto te ayudará mucho más de lo que crees, incluso el primer paso o ganancia que obtendremos será admitir o darnos cuenta de que comemos rápido y a partir de ahí podremos modificar ciertos hábitos.
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