Este perro tiene estrictamente prohibido subir a la cama. Pero como siempre ha sido un perro que lucha por alcanzar sus sueños y hacer lo que le plazca, su dueña decidió ponerlo a prueba. La mujer instaló una cámara oculta (en realidad solo instalo la cámara, ya que los perros no entienden demasiado el concepto de cámara, mucho menos el de una cámara oculta) en su habitación antes de salir de la casa.
Dicho y hecho. El cachorro no solamente tomó la actitud de los juguetes de Toy Story cuando Andy sale de la habitación, sino que decidió aprovechar el momento al máximo, divertirse CADA SEGUNDO DE AQUEL MOMENTO como si fuera el último. De verdad, se lo tomó muy enserio. La banda sonora ofrece una particular ayuda a las acciones de este perro... Y el gato, como siempre, un ser ajeno al mundo que lo rodea.
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