Un grupo de turistas se encontraba en Praga, República Checa, cuando fue sorprendido por un ladrón que se valió de un dron para robarles una bicicleta mientras contemplaban la vista de la ciudad desde un mirador.
Los amigos se habían desplazado en bicicletas hasta el lugar que les iba a permitir apreciar el paisaje desde las alturas. Las dejaron abajo porque pensaron que ahí quedarían seguras sin imaginarse que esta nueva modalidad de asalto los iba a despojar de sus pertenencias.
Se sabe que el hombre que se llevó la bicicleta salió de unos arbustos para activar el dron que tomaría la bicicleta, la alzó y se la fue llevando hacia un lugar lejano.
Cuando los turistas quisieron descender para rescatarla, no pudieron hacer nada pues la bici ya se había alejado de ellos.
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