Una carrera ciclista se volvería menos extenuante si tu bicicleta fuera una motocicleta, ¿verdad? Pues algunos ciclistas astutos podrían convertir este deporte en carreras de Nascar en dos ruedas si continúan dándole, a escondidas, un impulso motorizado a sus bicicletas.
El primer caso confirmado de dopaje mecánico salió a la luz este año cuando un motor y una batería pequeños se hallaron dentro de la bicicleta de una ciclista belga, pero dentro del ciclocross, una rama comparativamente menor del deporte. Las últimas acusaciones aparecieron recientemente en Stade 2, un programa de deportes de la televisión francesa que también es el programa anfitrión del Tour de France. El reportaje sugería que el dopaje mecánico también existe en los niveles más altos del deporte.
Las sospechas de que algunos de los mejores ciclistas han estado modificando sus bicicletas han aumentado en los últimos años. Como fue el caso de principios de los 90 con el dopaje, los ciclistas que son objeto de estas acusaciones las han desestimado.
Pero varios ciclistas profesionales, incluido el estadounidense Greg LeMond, son algunos de los que han dicho que es un problema real. Brian Cookson, el presidente de la Unión Ciclista Internacional, le ha dado prioridad a la búsqueda de esta trampa tecnológica.
Las sospechas aparecieron por dos factores: existe la tecnología necesaria y hay una colección de videos que muestra actuaciones y acciones sospechosas tanto de los ciclistas como de los equipos.
Cualquiera puede comprar sistemas para esconder motores y baterías pequeños dentro de las bicicletas. Anunciados como una manera de ayudar a personas mayores o débiles a seguir practicando el deporte, la mayoría de los sistemas proporcionan energía a las dos bielas de la bicicleta y son aparentemente invisibles, al tener interruptores de encendido y apagado debajo de la cinta del manubrio. Hay sistemas más nuevos, incluso más pequeños, que se pueden deslizar dentro de la maza trasera para impulsar la bicicleta desde ahí.
Corriere della Sera, un periódico italiano, informó en su página web que una cámara térmica halló señales de motores en siete bicicletas que se usaron en las competencias Strade Bianche y Coppi e Bartali.
Para su reportaje, Stade 2 colocó una cámara que capta imágenes térmicas a lo largo de la ruta de la Strade Bianche, una competencia italiana masculina profesional, que se realiza en marzo, principalmente en caminos sin pavimentar, y tiene muchos ascensos empinados. La maza trasera de una bicicleta tuvo casi el mismo brillo que las marcas térmicas amarillo naranja de las piernas del ciclista. Los ingenieros y los expertos de antidopaje que entrevistaron en el programa de televisión dijeron que el patrón solo podía explicarse por el calor que genera un motor. El ciclista no se mencionó en el programa y no se pudo identificar por la imagen térmica.
El programa también usó la cámara en un “gran fondo”, un evento amateur y semiprofesional, en Italia. Al menos una bicicleta mostró un patrón de calor sospechoso alrededor de las bielas.
Corriere della Sera, un periódico italiano que colaboró con el programa francés, informó que la cámara térmica halló señales de motores en siete bicicletas que se usaron en la Strade Bianche y la Coppi e Bartali, otra carrera italiana.
En una declaración, la unión de ciclismo, que se conoce comúnmente por sus siglas en francés, U.C.I., dijo que había probado y rechazado el uso de imágenes térmicas.
“La U.C.I. ha estado haciendo pruebas para detectar el fraude tecnológico durante muchos años y, con el objetivo de aumentar la eficiencia de estas pruebas, hemos buscado nuevos métodos de detección en el último año”, dijo el órgano rector. “Hemos probado con imágenes térmicas, rayos X y ultrasonido, pero se ha comprobado que el método más preciso, confiable y rentable, por mucho, es la resonancia magnética que utiliza el programa que hemos creado con una compañía de programadores especializados”.
Su sistema usa un aparato conectado a una tableta que envía un campo magnético. Las bicicletas que crean alteraciones poco comunes en ese campo son retiradas para una inspección.
Se han escaneado cerca de 2000 bicicletas este año, aunque no se ha realizado ninguna inspección en la Strade Bianche.
El aparato de resonancia magnética fue responsable de detectar el primer caso confirmado de dopaje mecánico del mundo. En el evento para mujeres menores de 23 años del campeonato mundial de ciclocross a finales de enero, mostró un patrón sospechoso en una bicicleta de Femke Van den Driessche. En una inspección física subsecuente se halló un motor y una batería.
Después de alegar en un principio que la bicicleta no era de ella, Van den Driessche, de 19 años, abandonó su defensa antes de una audiencia disciplinaria y renunció al ciclismo.
Visto en | www.nytimes.com
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