Denise Mueller-Korenek, una atleta estadounidense de San Francisco (California) superó la velocidad de despegue de un avión de referencia Air Bus A340 e impuso un nuevo récord al rodar en su bicicleta a más de 295 kilómetros por hora.
El impresionante registro le significó a Mueller un nuevo récord mundial de velocidad al superar su propia marca que había alcanzado en septiembre de 2016 cuando registró el tiempo femenino más rápido con una velocidad promedio de 236.5 km/h.
En aquel año, Mueller montó sobre una bicicleta personalizada con aspectos técnicos notables: el modelo fabricado por Chris García (SD Wheel Works) con el apoyo de Da Vinci y de KHS Bicycles llevaba incorporado gigantescos platos de 60 dientes montados sobre un sistema de doble reducción que le permitió a la ciclista alcanzar un nivel de cadencia de 102 RPM y una velocidad total de 236.5 km.
La novedosa máquina que fijó el récord de femenino en 146.65 millas se enroló a una Range Rover que le ayudó a coger el impulso necesario antes de que Mueller empezara a pedalear por su propia cuenta.
Al finalizar su impecable demostración de velocidad la atleta estadounidense no tardó en anunciar en aquel entonces, sus dos nuevos retos: el primero, mejorar su actual registro; y el segundo, superar el récord que ostenta Fred Rompleberg desde 1995 con su impresionante marca de velocidad masculino situada en 268,76 km/h.
Tuvieron que pasar dos años para que Denise Mueller aplastara el récord y se convirtiera en la mujer más rápida del mundo sobre una bicicleta. El pasado domingo, la atleta gringa superó la velocidad de despegue de un avión de referencia Air Bus A340 al montar en su bici a más de 295 kilómetros por hora.
Exactamente, Mueller alcanzó un registro de 183.93 millas equivalentes a 296.01 kilómetros, destronando así la histórica marca de 268,76 km de Fred Rompleberg que estaba vigente en los libros Guinness de velocidad hace más de 20 años.
La increíble hazaña tuvo lugar en el mismo sitio donde la deportista había impuesto el primer récord femenino en 2016: en las salinas de Bonneville, un desierto de sal de 260 km² ubicado en el estado de Utah, en Estados Unidos.
La gran superficie del terreno le permitió a la ciclista de California enganchar su bicicleta de carbono y doble transmisión a un auto de carreras maniobrado por la conductora gringa Shea Holbrook, ganadora del Pirelli World Challenge siete veces.
Holbrook encendió los motores y avanzó lo suficiente hasta alcanzar un promedio de aceleración de 100 mph (160.93 k/h), la velocidad idónea para que Denise se separara del carro y ejerciera la potencia en las bielas únicamente con la ayuda de sus piernas.
Cuando el tacómetro superó el tope de las 100 millas la bici se desenganchó del carro y Denise siguió pedaleando por su propia cuenta siguiendo la trayectoria del rebufo del auto.
En ese momento, la potencia de sus piernas en los pedales le permitieron alcanzar su mejor registro: una velocidad promedio de 296.01 kilómetros por hora durante una milla o lo que es igual, durante 1.6 kilómetros de distancia.
La azarosa marca le permitió a Denise aplastar su anterior récord de 236.5 km y destronar la marca tope de motor de velocidad masculino que ostentaba Fred Rompleberg desde la década del 90.
Al final de la “corrida” la nueva mujer más veloz del planeta en bicicleta definió la hazaña como un baile ciego: “Imagina estar en la parte trasera de un camión de caja sin ventanas. Todo es simplemente blanco sin puntos de referencia, como automóviles o postes telefónicos que pasan zumbando. Puedes escuchar el arranque del motor y sentir que se despegan y lo que sientes te dice cuando vas rápido “.
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