Pero no solo su contribución al medio ambiente está en su uso sino también en su fabricación. Para construir una bicicleta se usa el 5% de materiales y energía empleada en construir un automóvil. En el tiempo y con el esfuerzo que se emplea para construir un automóvil se construyen de setenta a cien bicicletas.
La bicicleta no contamina. Cuando te desplazas en ella usas solo un tercio de la energía que empleas para recorrer la misma distancia caminando. Por otro lado, para un individuo promedio de 70 kilogramos, su bicicleta puede pesar 6 veces menos pero un auto pesa veinte veces más. También son mas practicas, en el espacio utilizado para estacionar un vehículo se pueden estacionar veinte bicicletas.
Al montar bici utilizamos la energía generada por nuestras piernas y que transmitimos al pedal, por tanto, no se usa combustible y en viajes cortos nos permite reducir la emisión de gases de dióxido de carbono hasta un 11%.
Una ciclovía multiplica por diez la capacidad de transporte de una vía convencional de automóviles. Por otro lado, permite un mejor desplazamiento en las horas críticas del tráfico de vehículos en la que las velocidades de desplazamiento pueden ser inferiores a 15km/hora.
Por éstas y muchas otras razones destruyamos las barreras psicológicas que nos impiden ver la bicicleta como un medio de transporte saludable y amable con el medio ambiente.
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