6 de diciembre de 2011

Abecedario de la Navidad


Agradecer a Dios el habernos regalado las personas con las que convivimos.

Buscar el bien común por encima de los intereses personales, dando de si antes de pensar en sí.

Corregir con esmero a aquel que se equivoca.

Dar lo mejor de uno mismo, poniéndose siempre al servicio de los otros, por sobre todo con los que menos tienen.

Estimar a los otros sabiendo reconocer sus capacidades.

Facilitar las cosas dando soluciones y no creando más problemas.

Ganar la confianza de los otros compartiendo con ellos sus preocupaciones.

Heredar la capacidad de aquellos que saben ser sinceros con valentía y respeto.

Interceder por los otros a Dios, antes de hablarle de nuestras cosas.

Juzgar a los otros por lo que son, no por lo que tienen ni por lo que aparentan.

Kilos de paciencia para con nuestros semejantes

Limitar las ansias personales frente a las necesidades del grupo.

LLenarse con lo mejor que uno encuentra en el camino de la vida.

Mediar entre los compañeros que no se entienden.

Necesitar de los otros sin ningún prejuicio.

Olvidar el miedo al qué dirán dependiendo de la opinión de los demás.

Preocuparse y ocuparse por los más débiles o más necesitados.

Querer siempre el bien de las personas por sobre todo el de las Familias.

Respetar las opiniones de los demás, los derechos de las personas y de los animales

Salir al encuentro del otro, no esperando que él dé el primer paso.

Tolerar los defectos y límites propios y ajenos con sentido del humor.

Unirnos todos para vivir en paz y armonía.

Valorarse con realismo sin creerse superior a los demás.

Yuxtaponer ilusiones y esperanzas, trabajos y esfuerzos por crear fraternidad.

Zambullirse sin miedo en el nuevo día que Dios regala cada mañana.

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