Entre sus argumentos expusieron que las ciclovías reducirán el espacio de los vehículos motorizados, provocando un mayor número de embotellamientos en horas pico. Contradiciendo lo anterior, Monsreal Toraya mencionó que cada cuerpo de Paseo de Montejo, tanto en el tramo original como en su prolongación, se conforma de dos carriles de circulación y generalmente hay un tercer carril, que normalmente se emplea como estacionamiento. El analista en desarrollo urbano y movilidad añadió que los dos carriles disponibles “son muy generosos en la mayoría de su derrotero”, lo que incentiva a que en mayor parte de esta avenida se pueda transitar a muy altas velocidades, provocando que varias de las intersecciones con otras avenidas sean muy conflictivas y se caractericen por tener una alta tasa de siniestralidad. “No se habla de eliminar los carriles de circulación, se mantienen los dos, lo que se habla es de una redistribución para que no solo se de espacio a la infraestructura ciclista, sino también para obligar a los conductores de vehículos motorizados a disminuir su exceso de velocidad”.
Los empresarios también pronosticaron que las ciclovías, sus áreas verdes y los estacionamientos para bicicletas aumentarán el caos vial en esta zona, situación que puede desalentar la llegada de turistas y afectar la vida comercial del Paseo de Montejo. “Eso también está sujeto a discusión, porque un turista no se desplaza solo para ir de un lugar a otro de la ciudad, sino que su mismo itinerario es un valor (…) cual sea que sea el motivo por el que viene (a Mérida) un turista, siempre hace un recorrido al centro de la ciudad y al Paseo de Montejo”. Destacó que el uso de bicicletas por esta zona es una actividad creciente, pues es el punto donde se realiza la biciruta, a donde llegan los Ciclo Turixes y es una zona donde existen establecimientos para rentar este tipo de medio de transporte. “Hace más de 10 años existe ahí un negocio de renta de bicicletas (…) se sabe que hay esta renta de bicis y transitan a lo largo del Paseo de Montejo y el centro histórico, a pesar de que no hay las condiciones óptimas para circular en bicicleta”.
El especialista en movilidad abundó: con la creación de la infraestructura ciclista, la ciudad podría detonar y ampliar la oferta para los turistas, con otro tipo de entretenimiento que va de la mano con el cuidado al medio ambiente. Los vecinos y empresarios de la zona también cuestionaron la existencia de estudios, sobre la cantidad de usuarios de bicicleta que circulan del Paseo de Montejo a Dzilbichaltún. Monsreal Toraya dijo que el comportamiento de los ciclistas es bastante impredecible, debido a que cada día se pueden optar por otras rutas, ya que actualmente cualquier calle es igual al no brindar la seguridad necesaria para circular en bicicleta. Sin embargo, recordó que en 2014, Cicloturixes realizó un levantamiento de datos sobre la cantidad de ciclistas que circulan en el cruce de Paseo de Montejo con avenida Colón, donde se contabilizaron alrededor de 580 ciclistas, en un lapso de 6 a 22 horas. La Coordinación Metropolitana de Yucatán (COMEY), ahora IMDUT, también realizó el Plan de Movilidad Urbana Motorizada de la Zona Metropolitana de Mérida y recientemente también se llevó a cabo el Perfil Ciclista de Mérida. “El hecho de promover la infraestructura ciclista no está pensada en el aforo actual, sino en las expectativas de promover el uso de la bicicleta no solo para el turismo, sino también para las personas que trabajan, viven por la zona y que no se avientan a usar la bicicleta justamente por el temor a ser atropellados”.
Subrayó que una de las principales razones por la que la gente se resiste a usar este medio de transporte, es porque no se dispone de espacios para transitar de manera segura y protegidos del flujo vehicular motorizado. Esta avenida es la más óptima para desarrollar el proyecto, partiendo desde el centro de la ciudad, pues calles como la 60 norte no cuentan con la estructura urbana para incluir un carril bici, que se mantenga del lado derecho de cada vía: “el problema de esta calle es que ahí es utilizada por decenas de rutas de transporte público, además de que el contexto urbano es menos favorable a la movilidad ciclista”.
Por último, el miembro del OMSM enfatizó en que es normal que este tipo de proyectos atraiga cierta resistencia de grupos empresariales y de vecinos, tal como pasó en las ciudades de Puebla o Culiacán, donde recientemente se implementó la infraestructura necesaria para transitar en bicicleta. “Ciertos grupos empresariales se oponen bajo un argumento de pérdida de ventas, los cuales no hemos encontrado evidencia de que la infraestructura ciclista o peatonal signifique una pérdida de comercio” Estos proyectos muchas veces ayudan a aumentar la plusvalía e interés, por la alta dinámica en los corredores peatonales, poniendo en evidencia que las políticas de movilidad también resultan en beneficios colaterales para los mismos comerciantes “Las medidas que se han dado en otras partes del país han tenido éxitos, pero también han tenido retos y sí se ha tenido que, en algunos casos, someter a procesos de cabildeo y de presión mediática”.
Visto en | Quadratin
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